3 DE FUEGO-AL UZZA (PUJANZA)
La diosa
consagrada al día de hoy es Al-Uzza (en
árabe عزى), cuyo nombre significa “La Poderosa”, la Diosa de la estrella de la
mañana y de la tarde (Venus); es considerada junto a Al-Lat, “La Madre”, “La
Diosa” (Al-Lah significa “El Dios”) y Manat, diosa del Destino o el Tiempo, como
las tres diosas protectoras más populares en La Meca en los tiempos del Profeta
Mahoma y la Arabia pre-islámica.
El nombre de esta
deidad puede encontrarse transcrito también como Ozza, a veces con anteposición
del artículo árabe al- y otras no. La palabra pertenece a la misma raíz que
`izza: "gloria". Sobre el significado de su nombre encontramos otra
acepción además de la mencionada: “la más querida”.
Otras veces esta
trinidad de diosas sustituía a Manat por Al-Zuhara (diosa del amor y la belleza
en la Arabia del Sur), pero esta se acabó relacionando con Uzza, pues ambas
eran diosas estelares que personificaban al planeta Venus (solo visible al
amanecer [Uzza] y el atardecer [Zuhara]).
Además, Uzza era
la diosa principal de la tribu de los kuraischitas, a la vez que deidad de la
tribu de Kenauah y diosa de una parte de la tribu de Salim. Cuando iban a
luchar, los clanes de los kuraischitas llevaban réplicas de Al-lat y Uzza a fin
de infundirles valor y devoción a los guerreros. Al parecer se trataba de una
diosa cruel, a la cual sólo aplacaba el derramamiento de sangre, tanto humana
como animal.
Uzza también aparece
citada como sinónimo de belleza en la poesía preislámica. Isaac de Antioquía
(un escritor del siglo V) la llama Beltis (“Señora”, un título compartido por
muchas otras diosas semíticas), y Kaukabta, “La Estrella”.
También dice que
las mujeres invocaban a Al-Uzza desde los rechos, una forma de adoración
apropiada para una diosa estrella. San Epifanio del siglo IV la llama la madre
de Dusares, el Dios local de la montaña, al llamarla por su título Chaamu o
Chalmous, que significa “joven o virgen”.
Tiene conexiones
con el árbol de acacia, y su santuario en Nakhlah tenía tres acacias a las que
se creía que descendía. Tiene mucho en común con Ishtar y Astarté como las diosas
de la estrella matutina y vespertina; todas tienen aspectos tanto de amor como
de diosa de la guerra, y los grandes felinos eran sagrados para ellas.
En muchas
imágenes se muestra armada como Bellatrix, de pie ante un árbol de acacia, con
un Caracal o lince del desierto.
Los griegos la
asociaban con su Afrodita Urania, “Afrodita Celestial”.
Su santuario
principal estaba en un oasis llamado Najla, situado al este en el camino de la
ciudad de Taif. También en la ciudad de la Meca, Uzza tenía un templo y un
hima, donde, adornada de piedras preciosas, se le ofrecían dádivas de oro y
plata.
El culto a Uzza
parece proceder de Petra, donde era una versión nabatea de la diosa de la
fertilidad presente en las mitologías de Oriente Próximo y Mesopotamia (Istar,
Astarté, Afrodita, Venus...). Según algunos autores, la tribu de Ghatafan
adoraba bajo este nombre a la acacia o el endrino espinoso de Egipto. El
primero que consagró este árbol para fines religiosos fue Dhalem. Le erigió un
pequeño templo llamado Boss, construido de modo que daba un sonido particular
cada vez que alguno entraba en él. En el año 8 de la Hégira, Khalid, hijo de
Walid, destruyó e incendió por orden de Mahoma el templo y el ídolo o árbol
sagrado.
En la versión del
Islam, tras la victoria del profeta Mahoma sobre la tribu de los kuraischitas,
tanto Al-Iat como Uzza fueron destruidas. Se dice que Khalid ibn al-Walid,
considerado un gran héroe musulmán, fue a demoler el templo de Uzza, y lo
primero que hizo fue talar las tres grandes palmeras (acacias en otras
versiones) que estaban consagradas a la diosa. Cuando golpeó la última de ellas
con la espada, apareció ante él un demonio femenino negro, de pelo enmarañado,
que, rechinando los dientes, le amenazó. El sacerdote que custodiaba el templo corrió
en ayuda de su diosa, pero aparentemente Khalid era demasiado fuerte y dio
muerte tanto al demonio como al sacerdote. A continuación hizo pedazos la
efigie y redujo el templo a ruinas, de forma que el poder de la diosa en
aquella tierra quedó destruido para siempre.
Pero en realidad la
creencia en la Poderosa Uzza siguió durante casi 1000 años más, después de la
destrucción de la arboleda y el templo, e incluso, en la actualidad, la
estrella y la media luna siguen siendo símbolos del Islam.
SÍMBOLOS
Los tótems
asociados a Uzza son todos los grandes felinos. También las acacias, como ya
hemos dicho.
Con la entrada de
esta diosa comienza la etapa del 3 DE FUEGO. La energía de este arcano nos incita a confiar en
nuestro poder interior y adentrarnos en el camino que hemos visualizado en la
fase anterior. El 3 de Fuego te invita al movimiento, solo saliendo de la caja
de confort ampliarás tus posibilidades para alcanzar tus metas. También propone
la confianza en tu poder interior y el compromiso para alcanzar tus objetivos
con eficacia.
Por otro lado, esta época es
buen momento para hacer y planificar viajes.
MEDITACIÓN
“Nunca hay que
menospreciar la eficacia del poder (pujanza) de la fuerza femenina”
El mensaje de Al-Uzza es un claro desafío al patriarcado:
Nunca el poder masculino podrá destruir al femenino, incluso en su aparente
sometimiento, éste permanecerá latente en sus símbolos hasta poder recuperar lo
que le ha sido arrebatado.
Este mensaje va tanto para las mujeres que se ven subyugadas
por el sistema machista, como para los hombres, para que reconecten con su lado
femenino reprimido, su parte yin que equilibre el yang.
En esta meditación
vamos a hacer un ejercicio de relajación y vamos a pedir al Universo reconectar
con las energías masculinas y masculinas de nuestro interior para que se
equilibren y obtengamos toda la eficacia de nuestra fuerza.
Por lo general,
al vivir en un mundo muy masculinizado, casi todos necesitamos reconectar con
la parte femenina. Para ello vamos a invocar a Al Uzza o a cualquier
equivalente en nuestra religión o creencias (por ejemplo, si eres cristiana podría
ser cualquier Virgen en la que tengas fe, etc, si eres atea cualquier figura
femenina simbólica con la que te identifiques…) y le vamos a pedir que dé luz a
nuestra parte femenina.
Como ritual simbólico
vamos a encender dos velas con los colores que nosotros relacionemos con lo
femenino y con lo masculino (por ejemplo: azul y rosa, verde y rojo, etc). Pero
primero encendemos la del color femenino y con ella damos fuego a la del color
masculino.
“Yo acepto mi
poder interior, femenino y masculino, y
asumo mi compromiso para caminar hacia mis objetivos”
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