TAURO Y 1 DE TIERRA-MAHIMATA (MATERIALIZACIÓN)



 Ayer, 21 de Abril, comenzó un nuevo periodo que se inicia con la deidad Mahimata:

Mahimata es una arcaica diosa madre de la religión hindú de quien se dice que es la fuerza cósmica encarnada. El Rig-Veda, uno de los textos sánscritos sagrados de la India antigua, define a Mahimata como le poder femenino. Su nombre significa “madre tierra”, y se la considera también madre de los dioses. El texto dice: “Todas las cosas existen pero se hacen manifiestas en Ella”.
En las Upanishads, otro de los textos sagrados de la India, se describe su naturaleza como “realidad manifiesta”, la energía cósmica que está presente en todas las cosas.

El famoso poema épico Mahabharata dice que es “la raíz de todas las cosas y la eterna defensora de la verdad”. Se invoca a Mahimata como ser supremo que reina en el cosmos. Tiene dominio sobre todos los dioses y es el principio de la energía cósmica encarnada. Mahimata es la energía que toma forma en el mundo de las apariencias.


Con la entrada de esta diosa comienza la etapa de LAS DIOSAS DE LA TIERRA con el 1 DE TIERRA y el signo de TAURO.

La tierra es la más densa de las formas de energía de los elementos, la más tangible y medible; así mismo es el más lento de ellos, lentitud que compensa con perseverancia y tesón. La tierra es un elemento de percepción; su aproximación al mundo se realiza mediante los sentidos: palpando, oliendo, pesando, mirando, midiendo, escuchando, de ahí su escasa velocidad. En los elementos terrestres, representa lo mineral; en la conciencia, lo corporal. Su color es el verde y su temperamento asociado es el melancólico.
La tierra es yin, pasiva, fría y seca. Representa a los trabajadores, a los que ejecutan las cosas, a los realistas, los concretos, clásicos y prácticos. El mundo de las personas de tierra está aquí y ahora, en la realidad palpable, a la que se accede mediante el intelecto práctico, el “hacer” a través de la materia y la forma.
El ser de tierra es el elemento constructor, como así mismo el preservador de lo construido. La tradición y la norma guían su conducta mientras ahonda progresivamente en el mundo terrestre y vence en forma persistente las resistencias que le opone la materia, lo que hace con toda su energía y voluntad. Encuentra su complacencia en la tarea terminada y en el goce de la labor cumplida. Su vida está conducida en un ritmo prefijado, con un asidero estable en algo ya recorrido y conocido: el pasado, la familia, la patria, la costumbre, la historia.
Mientras el ser de fuego siembra por el placer de hacerlo, y se marcha apresurado sin darse tiempo para esperar la cosecha, el de tierra lo hace por la sola finalidad de cosechar. No se dispersa en nada que no vaya a producir un fruto.
La energía del arcano menor con la que comienza, el 1 DE TIERRA, nos invita a cuidar para que se materialicen las cosas que hemos iniciado en la etapa del fuego. Simboliza entrar en el periodo productivo y esforzarse por mantener el terreno estable. También es el arcano de las oportunidades, de mirar atentos a las oportunidades que se nos abren en el camino.

Respecto al primer signo de tierra con el que se inicia– Tauro – es el que más se permite la sensualidad, en orden decreciente hasta llegar a Capricornio. En símbolos tangibles, Tauro sería el preparador de la tierra, el niño- quiere sentir que posee y su lema es: “Yo tengo”.
Tauro es el labrador-constructor, tiene el poder de hacer que la semilla se transforme en sustancia y es una gran labor que requiere de paciencia y fuerza, que unidas hacen una virtud sólida que se llama constancia. Y el mensaje es, que a partir de ahí, de la constancia se puede construir el futuro.
Tauro es la matriz que absorbe el impacto de la intensa energía que proyecta Aries. La energía es acción, la materia, reacción.

SÍMBOLOS

El símbolo de Tauro es el Toro o la Vaca, pero el símbolo que representa a las diosas de este signo es el Árbol de la Vida. Los árboles, principalmente aquellos cuyos frutos dan la inmortalidad, están conectados con la diosa en todas las culturas.
Estos símbolos se relacionan con el enraizamiento, la fecundidad, abundancia, manutención, seguridad, crecimiento… Por eso también se relaciona con todo lo que tiene que ver con frutos y flores y la belleza y los placeres.

Los colores que representan la tierra y tauro son los ocres, verdes y el rosa.




MEDITACIÓN

En esta meditación es importante que nos arreglemos y embellezcamos el cuerpo y llenemos la estancia con frutos y flores.

Entonces adquirimos en voz alta un compromiso de constancia y perseverancia con nosotras mismas para conseguir nuestros deseos.
Finalmente invocamos la ayuda de la Diosa:

“Invoco a la Gran Madre, que es la sustancia de la vida toda, para que me ayude a hacer realidad manifiesta mis más nobles deseos”




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