TAURO Y 1 DE TIERRA-MAHIMATA (MATERIALIZACIÓN)
Mahimata es una
arcaica diosa madre de la religión hindú de quien se dice que es la fuerza
cósmica encarnada. El Rig-Veda, uno de los textos sánscritos sagrados de la
India antigua, define a Mahimata como le poder femenino. Su nombre significa
“madre tierra”, y se la considera también madre de los dioses. El texto dice:
“Todas las cosas existen pero se hacen manifiestas en Ella”.
En las Upanishads,
otro de los textos sagrados de la India, se describe su naturaleza como
“realidad manifiesta”, la energía cósmica que está presente en todas las cosas.
El famoso poema
épico Mahabharata dice que es “la raíz de todas las cosas y la eterna defensora
de la verdad”. Se invoca a Mahimata como ser supremo que reina en el cosmos.
Tiene dominio sobre todos los dioses y es el principio de la energía cósmica
encarnada. Mahimata es la energía que toma forma en el mundo de las
apariencias.
Con la entrada de
esta diosa comienza la etapa de LAS DIOSAS DE LA TIERRA con el 1 DE TIERRA y el signo de TAURO.
La tierra es la más densa de
las formas de energía de los elementos, la más tangible y medible; así mismo es
el más lento de ellos, lentitud que compensa con perseverancia y tesón. La
tierra es un elemento de percepción; su aproximación al mundo se realiza
mediante los sentidos: palpando, oliendo, pesando, mirando, midiendo,
escuchando, de ahí su escasa velocidad. En los elementos terrestres, representa
lo mineral; en la conciencia, lo corporal. Su color es el verde y su
temperamento asociado es el melancólico.
La tierra es yin, pasiva,
fría y seca. Representa a los trabajadores, a los que ejecutan las cosas, a los
realistas, los concretos, clásicos y prácticos. El mundo de las personas de
tierra está aquí y ahora, en la realidad palpable, a la que se accede mediante
el intelecto práctico, el “hacer” a través de la materia y la forma.
El ser de tierra es el
elemento constructor, como así mismo el preservador de lo construido. La
tradición y la norma guían su conducta mientras ahonda progresivamente en el
mundo terrestre y vence en forma persistente las resistencias que le opone la
materia, lo que hace con toda su energía y voluntad. Encuentra su complacencia
en la tarea terminada y en el goce de la labor cumplida. Su vida está conducida
en un ritmo prefijado, con un asidero estable en algo ya recorrido y conocido:
el pasado, la familia, la patria, la costumbre, la historia.
Mientras el ser de fuego
siembra por el placer de hacerlo, y se marcha apresurado sin darse tiempo para
esperar la cosecha, el de tierra lo hace por la sola finalidad de cosechar. No
se dispersa en nada que no vaya a producir un fruto.
La energía del arcano menor
con la que comienza, el 1 DE TIERRA, nos invita a cuidar para que se
materialicen las cosas que hemos iniciado en la etapa del fuego. Simboliza
entrar en el periodo productivo y esforzarse por mantener el terreno estable.
También es el arcano de las oportunidades, de mirar atentos a las oportunidades
que se nos abren en el camino.
Respecto al primer signo de
tierra con el que se inicia– Tauro – es el que más se permite la sensualidad,
en orden decreciente hasta llegar a Capricornio. En símbolos tangibles, Tauro
sería el preparador de la tierra, el niño- quiere sentir que posee y su lema
es: “Yo tengo”.
Tauro es el labrador-constructor, tiene el poder de hacer
que la semilla se transforme en sustancia y es una gran labor que requiere de
paciencia y fuerza, que unidas hacen una virtud sólida que se llama constancia.
Y el mensaje es, que a partir de ahí, de la constancia se puede construir el
futuro.
Tauro es la matriz que absorbe el impacto de la intensa
energía que proyecta Aries. La energía es acción, la materia, reacción.
SÍMBOLOS
El símbolo de Tauro es el Toro o la Vaca, pero el símbolo que representa a las diosas de este
signo es el Árbol de la Vida. Los árboles,
principalmente aquellos cuyos frutos dan la inmortalidad, están conectados con
la diosa en todas las culturas.
Estos símbolos se relacionan con el enraizamiento, la
fecundidad, abundancia, manutención, seguridad, crecimiento… Por eso también se
relaciona con todo lo que tiene que ver con frutos
y flores y la belleza y los placeres.
Los colores que
representan la tierra y tauro son los ocres, verdes y el rosa.
MEDITACIÓN
En esta meditación es importante que nos arreglemos y
embellezcamos el cuerpo y llenemos la estancia con frutos y flores.
Entonces adquirimos en voz alta un compromiso de constancia
y perseverancia con nosotras mismas para conseguir nuestros deseos.
Finalmente invocamos la ayuda de la Diosa:
“Invoco a la Gran Madre, que es la sustancia
de la vida toda, para que me ayude a hacer realidad manifiesta mis más nobles
deseos”
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